domingo, 29 de noviembre de 2015

SISTEMA CIRCULATORIO

La función básica del sistema cardiovascular es la de bombear la sangre para conducir el oxígeno y otras sustancias nutritivas hacia los tejidos, eliminar los productos residuales y transportar sustancias, como las hormonas, desde una parte a otra del organismo. El sistema cardiovascular está formado por el corazón, que actúa como una bomba que impulsa la sangre para que circule por todo el organismo, y los vasos sanguíneos que son los encargados de transportar la sangre y distribuirla por todos los tejidos. De esta manera el sistema cardiovascular queda constituido por dos subsistemas: el sistema cardíaco y el sistema vascular. El sistema cardíaco, a su vez, está compuesto por dos subsistemas: un sistema cardionector, encargado de generar los impulsos que permiten la contracción del corazón, y un sistema mecánico, que cumple con la función de bomba que expulsa sangre rítmicamente hacia todos los tejidos del organismo.
El corazón es una estructura crónica relativamente pequeña, de tamaño casi igual a la de un puño de una persona: unís 12 cm de longitud, 9 cm de anchura y 6 cm de grosor. Su masa promedia 200 y 300 g en adultos. Se localiza en el plano superior intermedio al diafragma cerca de la línea media del tórax en el mediastino (masa de tejidos que se sitúa entre el esternón y la columna vertebral).
Cavidades cardiacas
El corazón está dividido en dos partes, izquierda y derecha, por el septo cardiaco, y estas a su vez se dividen en dos cavidades, una superior denominada aurícula y otra inferior, de pared más gruesa, denominada ventrículo. La mitad izquierda del corazón está mucho más desarrollada que la derecha, ya que debe bombear sangre hacia todo el cuerpo, mientras que la derecha bombea solo hacia los pulmones. A aurícula derecha recibe la sangre procedente de todo el cuerpo a través de las venas cavas superior e inferior.
La aurícula izquierda recibe la sangre de los pulmones a través de las venas pulmonares. El ventrículo derecho impulsa la sangre hacia los pulmones a través de la arteria pulmonar. El ventrículo izquierdo bombea sangre hacia todo el cuerpo a través de la arteria aorta.
Válvulas cardiacas
Entre las aurículas y los ventrículos existen unas válvulas, denominadas válvulas auriculoventriculares. En la salida de las grandes se encuentran las válvulas sigmoideas. Las válvulas auroventericulares impiden e retroceso de la sangre hacia las aurículas cuando se contraen os ventrículos. Las válvulas sigmoideas impiden el retroceso de la sangre hacia los ventrículos cuando estos se relajan.
Pericardio
Está constituido por dos membranas entre las cuales existe un espacio, a cavidad pericárdica, que contiene una pequeña cantidad de líquido. El líquido pericárdico actúa como lubricante y reduce el rozamiento entre el corazón y los órganos que le rodean.
Pared cardiaca
La pared cardiaca del corazón está constituida fundamentalmente por una capa de tejido muscular estriado cardiaco denominada miocardio. El musculo cardiaco tiene la capacidad de contraerse rítmicamente de forma espontánea. Esta capacidad se debe a un conjunto de fibras cardiacas modificadas que forman el tejido nodal (marcapaso). El ritmo de contracción marcado por el tejido nodal puede ser modificado por el sistema nervioso.
El corazón se contrae rítmicamente unas 75 veces por minuto. Los hechos que ocurren en cada contracción constituyen el ciclo cardiaco, que consta de tres fases:
·         Sístole auricular: las aurículas se contraen e impulsan la sangre hacia los ventrículos.
·         Sístole ventricular: se contraen los ventrículos, las válvulas auriculoventriculares se cierran y la sangre sale a través de las arterias.
·         Diástole general: el musculo cardiaco se relaja, las válvulas sigmoideas se cierran y el corazón empieza a llenarse de nuevo de sangre.

Los dos ruidos que se escuchan en cada latido se deben: el primero a cierre de las válvulas auriculoventriculares y el segundo al cierre de las válvulas sigmoideas.

Arterias y arteriolas
Las arterias son vasos de paredes elásticas. Las más finas, generalmente con menos de 0.5 mm de diámetro, se denominan arteriolas. Las arterias y arteriolas son vasos eferentes, es decir, llevan a sangre desde el corazón hacia los distintos órganos del cuerpo. Las arterias llevan sangre oxigenada (sangre arterial), con a excepción de las arterias pulmonares, que llevan sangre venosa.

Venas y vénulas
La mayor parte de las venas poseen válvulas (válvulas en nido de golondrina) que permiten la circulación sanguínea en una sola dirección. Las vénulas son venas de pequeño calibre (0.2-1 mm de diámetro). Las venas y las vénulas son vasos aferentes, que llevan sangre desde los órganos hacia el corazón. La sangre que transportan es pobre en oxígeno y rica en dióxido de carbono (sangre venosa), salvo la de las venas pulmonares, que llevan sangre arterial.
Capilares
Son vasos muy finos (7-9 µm) que conectan las arterias con las venas. Están constituidos por una capa única de células planas. La sangre circula lentamente por los capilares y sus finas paredes facilitan el intercambio de sustancias con los tejidos.
Circulación
La sangre venosa procedente de los distintos órganos del cuerpo llega a la aurícula a través de las venas cavas superior e inferior. De aquí pasa a ventrículo derecho que se encargara de impulsarla hacia los pulmones por las arterias pulmonares. En los pulmones estas se ramifican hasta formar capilares en los que la sangre se oxigena y se libera del dióxido de carbono. Posteriormente estos capilares se reúnen y la sangre regresa hacia el corazón a través de las venas pulmonares, desembocando en la aurícula izquierda. Este recorrido de la sangre, desde el corazón a los pulmones y vuelta, se conoce como circulación menor o pulmonar.
La sangre de la aurícula izquierda pasa al ventrículo izquierdo y, al contraerse este, es impulsada por la arteria aorta que se ira ramificando para que la sangre llegue a todos los órganos del cuerpo. En cada órgano las arterias se ramifican y capilarizan y la sangre cede el oxígeno a las células de los tejidos y recoge el dióxido de carbono que resulta de su metabolismo. Los capilares después se reúnen formando veniculas y estas se unen de nuevo formando venas. De cada órgano saldrá una vena que desembocara en las venas cavas regresando de nuevo al corazón, completándose así el recorrido. Este segundo circuito, que discurre desde el corazón hacia los órganos del cuerpo y vuelve al corazón, se conoce como circulación mayor, general o sistémica.
El líquido intersticial entra en los capilares linfáticos situados en el espacio intersticial, cuyas paredes presentan poros que permiten la entrada de líquido, pequeños solutos y grandes partículas. Desde los capilares, el fluido llamado linfa, se dirige a las venas linfáticas a través de las cuales llegan a dos grandes conductos donde se drena toda la linfa de nuestro organismo: el conducto linfático derecho y el conducto torácico. De esta forma la linfa retorna al sistema cardiovascular.

INFOGRAFIA



No hay comentarios:

Publicar un comentario